Digo, y con la ayuda de Dios: el desmayo anula la ablución en cualquier forma que sea; porque está por encima del sueño en cuanto a relajación, ya que el que duerme se despierta con atención, mientras que el desmayado no se despierta con atención; y porque el desmayo tiene un efecto en la caída de la adoración, a diferencia del sueño, ya que un poco de sueño es como el sueño continuo; y porque la analogía indica que el sueño es un evento en todas las circunstancias, lo cual se ha dejado por texto, y no hay texto aquí, por lo que se mantiene en la norma. El desmayo es un evento jurídico; porque el evento en realidad es: la salida de algo de uno de los dos caminos, pero es oculto, y esta es la razón del relajamiento de las articulaciones, por lo que no se puede decir que algo sale habitualmente, y lo que se establece habitualmente es como lo que se tiene por seguro, por precaución en el ámbito de la adoración, así que aplicamos la regla sobre ello para facilitar. Ver: Tabyin al-Haqaiq 1/10, Al-'Inayah, 1/48, Fath al-Qadir, 1/50, Al-Ikhtiyar, 1/15-16, Al-Bahr al-Ra'iq, 1/39, y Dios sabe mejor.