Digo y con la ayuda de Dios: Es recomendable mencionar el nombre de Dios, el Altísimo, al comenzar la ablución; porque de Abu Huraira , dijo : «No hay oración para quien no tiene ablución, y no hay ablución para quien no menciona el nombre de Dios sobre ella», en el Mustadrak 1: 246, y lo autenticó, y en los hadices seleccionados 1: 303, y en el Jami' de Tirmidhi 1: 38, y en las Sunan menores 1: 82. Y de Abu Sa'id al-Judri , dijo : «No hay ablución para quien no menciona el nombre de Dios sobre ella», en las Sunan de Darimi 1: 187, y en el Musnad de Abdul ibn Hamid 1: 285. Lo que se quiere decir con esto es la negación de la virtud y la perfección: como en su dicho : «No es creyente quien pasa la noche saciado mientras su vecino está hambriento», lo narró el Hakim en el «Mustadrak» 4/184. No se pretende con esto que haya caído en la incredulidad, sino que no está en los más altos niveles de la fe, así que aquí, no se quiere decir que no esté en estado de ablución que lo libere de la impureza, sino que no está en estado de ablución completa, que es la ablución que conlleva recompensa. Esto se apoya en lo que narró al-Daraqutni de Ibn Umar, que Dios esté complacido con ambos, que fue elevado: «Quien se abluta y menciona el nombre de Dios sobre su ablución, su cuerpo queda puro, y quien se abluta y no menciona el nombre de Dios sobre su ablución, sus miembros quedan puros». Solo lo interpretamos así; para evitar que se anule el libro por un relato único, ya que la generalidad en el versículo sobre la ablución implica que se obtiene la pureza sin la mención; por la realización del lavado y el roce. Ver: al-Binaya 1: 133, y al-Durr al-Mukhtar 1: 74. Y al-Maraqi al-Falah p104, y al-Durar al-Hukam 1: 10, y al-Wiqaya p80, y Dios sabe más.