Yo digo, y con la ayuda de Dios: se requiere que el objeto de la venta tenga valor, de modo que no se lleve a cabo la venta si carece de valor. Por lo tanto, no se puede realizar la venta de un animal muerto, sangre, la carne de un mago, apóstata, politeísta, loco, niño que no entiende, carne de un depredador, serpiente, escorpión y todos los insectos de la tierra como el lagarto, el camaleón, la tortuga y el erizo, ni la venta de nada que se encuentre en el mar: como la rana, el cangrejo, excepto el pescado, y lo que no se puede aprovechar de su piel o hueso, ni las abejas a menos que contengan miel en su colmena, en cuyo caso se puede vender la colmena con la miel y las abejas; por no ser aprovechables. Si se puede aprovechar de ellas de acuerdo con la costumbre, su venta es permitida. La explicación sobre la validez y no validez de estas ventas con las pruebas se encuentra en 'Bada'i al-Sanayi' (5: 140-146).

El Sāyihānī citó de 'Al-Hindiyya': se permite la venta de otros animales excepto el cerdo, que es lo preferido, y así se sostiene en 'Al-Hidaya' y otros, como se menciona en 'Rad al-Muhtar' (5: 69, y 'Al-Durar al-Mubah' 1: 97).

Nuestro maestro, el Otomano, dijo en 'Fikh al-Buyū' (1: 279): 'En cuanto a lo que no tiene valor en la costumbre, todo lo que no se puede aprovechar... se ha aclarado que el valor habitual se obtiene a través del aprovechamiento, por lo que todo lo que se puede aprovechar es considerado valioso según la costumbre, pero se requiere que la venta sea permitida por la ley.' Y Dios sabe mejor.