Digo y con la ayuda de Dios: la impureza en el zapato puede tener un cuerpo, o puede no tenerlo: si tiene un cuerpo, puede ser seco o húmedo: si es seco, se purifica frotándolo; porque con ello se elimina el rastro de la impureza. Y si es húmedo, se purifica frotándolo con la condición de que se haga con intensidad de manera que no quede olor ni color de la impureza sobre lo que se ha dictaminado. En cuanto a si la impureza no tiene un cuerpo, como la orina, no queda rastro después de secarse, no se purifica sino con lavado. Ver: Al-Wiqayah y su explicación por Sadr al-Shari'ah, p. 130, y Nafa' al-Mufti, p. 137, y Dios sabe mejor.