Digo y con la ayuda de Dios: el agua con la que se realizó la ablución por una persona en estado de impureza sin intención se convierte en agua usada, y se vuelve pura pero no purificadora de la impureza, por lo que se permite eliminar la impureza real de la ropa y del cuerpo con ella, pero no se permite realizar la ablución ni el baño con ella; porque el agua se considera usada tan pronto como se utiliza para eliminar la impureza, ya sea con la intención de eliminar la impureza o sin intención alguna. Ver: Sharh al-Wiqayah p. 99, al-Hidayah 1: 20, Nur al-Iydah p. 23, y al-Sayah 1: 396-397, y Dios sabe más.